Por: Nataly Bustos Rojas
No se encendían aún las luces habiendo terminado la función, cuando se escucharon los aplausos. En pleno corazón de Bucaramanga, el Teatro Santander latió por cincuenta minutos al compás que marcaba a Compañía Colombiana de Danza Contemporánea (CCDC). Un espectáculo que dejó a la audiencia anhelando que fuera más el tiempo para deleitarse con el repertorio. Esta es la carta de un público que, después de ver la obra y quedar tan cautivado, reconoce una ciudad que necesita más danza contemporánea y más teatro. Como bien nos han insistido: “tu vida necesita más teatro”.
Compuesta por el coreógrafo francés Mathieu Guilhaumon, “La Hora Azul es un momento único en el que el día se despide y la noche comienza a aparecer; un instante de transición en el que todo se transforma”. Cada movimiento busca develar el misterio de la existencia humana, hacer reflexionar al público sobre los cambios de la vida y la percepción de la realidad. Fue presentada por la CCDC, fundada en 2015 e integrada principalmente por bailarines egresados del Instituto Colombiano de Ballet Clásico (Incolballet), quienes han participado en eventos nacionales e internacionales, volviéndose un actual referente de la danza contemporánea en Colombia.
Silvia Mayorga fue una de las espectadoras. Su mirada no se despegó ni por un momento del escenario: “La muestra artística es la combinación perfecta entre técnica, amor y presencia escénica. Bailarines muy bien formados, conscientes de sus condiciones artísticas y cómo usarlas en el escenario”. Para Silvia, la obra fue una puesta en escena muy limpia, armónica, clara y contundente, que le llevó a un trabajo de introspección, pues siendo bailarina, esta compañía es un referente que la motiva a preguntarse: “¿Qué me hace falta para llegar allá?”.
Para Catherine Robles la experiencia fue la misma, pero su percepción de la obra es más crítica, destacando el alto nivel técnico y calidad de escena. Para ella, verlos bailar fue disfrutar de la danza contemporánea como expresión corporal y de movimiento. Lograron cautivar al público, no a uno que fácilmente se entretiene, a uno reflexivo que busca entre cada línea coreográfica el sentido de la obra.
En esta carta se hace necesario destacar algo que mencionó José Prada como artista y bailarín de la ciudad. Reconoce que este tipo de espectáculos de alto nivel que se presentan en el Teatro Santander están siendo accesibles en precio para el público. Y que deben ser más recurrentes en Bucaramanga, con la intención de educar en torno a la danza contemporánea a quienes asisten, y aún a quienes aún no se han atrevido.
Como evidencia del éxito vivido el pasado viernes 30 de agosto en el Teatro Santander, este espectáculo se vuelve el precedente de una Bucaramanga que demanda más danza contemporánea, más circulación del arte, más teatro. Y usted ¿ya se atrevió a darle más teatro a su vida? Conozca aquí cuáles son sus próximos eventos.