Por: Tita Katherine Otero González (@lasletrasdetita)
Andrea Cote Botero es orgullo santandereano. La escritora y poeta barranqueña fue anunciada el 28 de octubre de 2024 como la ganadora del XXIX Premio Casa de América de Poesía Americana por su “poesía precisa y emotiva, llena de hallazgos estilísticos constantes y un tono marcadamente actual”.
Estudió Literatura en la Universidad de los Andes y es Doctora en Lenguas Romances y Estudios Hispanoamericanos de la Universidad de Pensilvania. Su carrera despegó con el Premio Nacional de Poesía de la Universidad Externado en el 2003, gracias a su obra Puerto calcinado. Posteriormente, en 2005, por el Premio Internacional de Poesía Puentes de Struga otorgado a ese mismo libro, Andrea presentó, por primera vez en el extranjero, una obra suya.
Este premio es para mí una gran alegría. Recibir este reconocimiento, que antes han obtenido autores latinoamericanos como Piedad Bonnet o Eduardo Chirinos, es motivo de orgullo y humildad.
Andrea Cote Botero
En esta edición se buscó “(…) estimular la nueva escritura poética en el ámbito de las Américas, con especial atención a poemas que abran o exploren perspectivas inéditas y temáticas renovadoras”. De entre los 645 manuscritos enviados de 38 países, la escritora santandereana fue la ganadora con su obra “Querida Beth”.
Aún más importante es que estos poemas cuentan la historia de una mujer colombiana cuya vida como migrante en Estados Unidos implicó la pérdida progresiva de su nombre y su legado. Pero hoy, la poesía llega para restituir en parte su memoria, ofreciendo el consuelo que solo el lenguaje puede dar frente a las heridas de la realidad.
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En sus poemas la mujer y la migración han tenido papeles protagónicos. “En las praderas del fin del mundo” (2019) se retratan los murmullos del desierto en el que madres y padres dejan a sus hijos para que crucen la frontera, con el fin de protegerlos de las realidades políticas de sus países. Una vista de la Andrea migrante que se vuelve madre en el desierto, que aprende con la llegada de los hijos, teme por ellos, y escucha las historias de miles de mujeres que atraviesan la incertidumbre y el miedo.
La poesía es una herramienta para intentar formular las preguntas correctas, sin necesidad de encontrar respuestas: el camino de lo cotidiano, sinuoso y simbólico. Esta es la poesía de la santandereana Andrea Cote Botero que todos y todas deben leer.