Por: Tita Katherine Otero González (@lasletrasdetita)
La palabra totalitarismo resume en gran parte “Rebelión en la granja”. Un día los animales de la Granja Solariega, cansados por el maltrato del señor Jones, hicieron una rebelión con base en los ideales planteados por el Viejo Mayor y de la canción “Bestias de Inglaterra”, que exacerbaban sus ansias de libertad.
Los cerdos tomaron la voz de independencia de los animales, hasta que la contradicción y las ansias de poder llevaron a la distorsión de la historia y la razón de ser del levantamiento. La Granja Animal dejó de ser próspera para sus habitantes-trabajadores, quienes, sumisos inconscientemente, se acostumbraron a una nueva jerarquía de opresión y miseria que nunca contradijeron, porque “antes la vida era peor”.
Inmersos en el sin recuerdo, los animales se hundieron en un presente que supuestamente era mejor que un pasado olvidado y tergiversado por la propia mano de sus líderes, quienes se encargaron de borrar y reescribir la historia. Se vieron enemigos donde no los había y se siguieron líderes pretenciosos, ociosos, individualistas, jactados y enloquecidos por el poder, la riqueza y el lujo. Como diría el filósofo George Santayana, “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.
La tiranía humana fue derrocada por una nueva dictadura de cerdos, enmascarada en el bien social. Los nuevos potenciales rebeldes eran eliminados. El pensamiento, la diversidad, la vida digna y los ideales fueron suprimidos.
El potencial bienestar tras la liberación de la esclavitud humana fue reemplazado por el malestar de una dictadura animal. Se derramó sangre sobre hermanos que ahora se veían por debajo del hombro; se acusaron y acabaron con posibles amenazas; los nuevos nobles héroes sin capa eran vistos con recelo.
Orwell fue censurado por mostrar su visión respecto Marx y Lenin (Viejo Mayor), Trotsky (Bola de Nieve) y Stalin (Napoleón). Una realidad que el mundo pretendía no ver: no hay mayor peligro que un discurso retórico en medio de un pueblo sin memoria, sin libertad, sin pensamiento crítico.