Por: Nataly Bustos Rojas
Tomó el periódico en sus manos y se dispuso a leer: la fábrica estadounidense de aviones y motores Wright Aeronautical Corporation había sido acusada de suministrar piezas defectuosas para uso militar y ocasionar la muerte a 21 pilotos durante la Segunda Guerra Mundial. La inspiración llegó de esa noticia que acababa de encontrar en un diario local. Arthur Miller no lo sabía aún, pero la historia del viejo Joe Keller y su familia sería ganadora del premio de la crítica dramática a la mejor obra nueva en 1947, así como tampoco sabía que más de medio siglo después llegaría una adaptación de su obra a la Gran Sala del Teatro Santander.
Este viernes 22 y sábado 23 de noviembre llega al escenario teatral más impactante de Bucaramanga, una obra que hará reflexionar al público sobre la corrupción, la ética empresarial y los conflictos de familia en un entorno marcado por la violencia. Una pieza teatral con un elenco de lujo entre los que estarán actores y actrices de alto renombre como César Mora, Patricia Tamayo, Héctor Sánchez, John Alex Toro,Camila Valenzuela, Juan Camilo Prada y Laura Rodríguez.
¿Hasta dónde está dispuesto a llegar un padre por defender a sus hijos? ¿Qué sería capaz de hacer? En esta historia las respuestas se encuentran en los límites de la moralidad. “Todos eran mis hijos” se estrenó en Broadway bajo la dirección de la cineasta Elia Kazan, y se adapta a obra de teatro por primera vez en Colombia con el talento de La Compañía del Señor M y su director Manuel Orjuela.
La trama original es una crítica a la carrera armamentista, al sistema y a la codicia de la humanidad. Sin embargo, la obra que envolverá a los bumangueses este fin de semana mezcla la crítica a la industria militar con algunos conflictos de Colombia a finales del siglo XX.
Las entradas ya están disponibles en la página web del Teatro Santander (www.teatrosantanderbga.com) o en las taquillas del teatro. Si aún no se convence de ir a disfrutar del gran talento nacional, le dejo estas palabras de Arthur Miller publicadas en la revista del diario La Nación el 23 de julio de 1989, cuando contó que le dio a leer a uno de sus hijos uno de sus manuscritos: “Pone en evidencia que la cuestión no es si el teatro les gusta o no a los jóvenes. El verdadero problema es que todavía no lo han descubierto. Nacieron y se criaron con la televisión, sin comprender la tremenda fuente de conocimiento que es el teatro”.
Nos vemos en el Teatro Santander.