¿Puede una ciudad aprender a ser más tierna? ¿Puede un fanzine convertirse en refugio, en archivo vivo, en grito amoroso? La respuesta es un sí rotundo gracias a “De todos los lugares, mi lugar: cultura queer y resistencia bumanguesa”, una joya editorial que está dándole voz a las historias que se niegan a desaparecer en el olvido.
Esta entrega íntima, poderosa y festiva llega de la mano de Mila Bahamón (periodista y gestora cultural) y Camilo Carrillo (fotógrafo y gestor), bajo el cuidado editorial de LACSA – Laboratorio Creativo de Santander. ¿El formato? Fanzine. ¿La esencia? Crónica cultural. ¿El resultado? Una casa de papel para quienes han sentido que no tenían un lugar… hasta ahora.
Lluvia, tacones y resistencia: así comienza la historia

La primera escena del fanzine se abre con una lluvia simbólica, de esas que disuelven fronteras rígidas y abren caminos para quienes siempre han vivido en los márgenes. La historia arranca en una Noche Queer de San Valentín en Municipal (Muni), uno de esos espacios mágicos donde el arte, la identidad y la libertad se encuentran sin pedir disculpas.
Desde ahí, la narración se despliega como un collage de memorias, batallas de lip-sync, reinados olvidados, camerinos llenos de bases y pestañas postizas, y sobre todo, mucha vida. Porque aquí se celebra todo eso que por años la ciudad prefirió barrer bajo la alfombra: las identidades que no caben en lo binario, los cuerpos que brillan sin permiso, los afectos que resisten en comunidad.
Voces con rostro, memoria con nombre

Este no es un relato anónimo ni homogéneo. Aquí aparecen personas que han sido columna vertebral de la resistencia queer en Bucaramanga: Vanessa Durán, activista y docente que lleva más de dos décadas abriendo espacios; Robinson Duarte, rescatando las memorias festivas de los 90; y AndyCrack, drag local que ha encontrado en el arte una forma de reconciliación y afirmación.
Pero también hablan los espacios: Euforia, Prisma, Cabaret Drag, La Vida en Drag… Cada uno como trincheras de alegría, resistencia y creación. Porque sí, aquí el perreo también es político.
No todo es brillo, pero sí es verdad
Este fanzine no idealiza ni endulza la experiencia queer. También habla de cansancio, de salud mental, de la soledad y de los peligros que aún rondan. Pero en lugar de dramatizar, se apuesta por la sanación colectiva, el autocuidado y la fuerza de saberse acompañadx.
“De todos los lugares, mi lugar” no busca ser una voz universal sobre lo queer en Bucaramanga, sino una polifonía hermosa de relatos que se cruzan entre lo rural y lo urbano, lo íntimo y lo espectacular. Cada página es un pedazo de memoria que nos invita a mirar distinto y, sobre todo, a construir una ciudad más abierta y más tierna.
¿Dónde conseguirlo?
“De todos los lugares, mi lugar” ya está disponible en www.editorial-lacsa.com y en Instagram como @lacsa.co. Recuerda que este fanzine no solo se lee: se siente, se celebra y —sobre todo— se abraza.