Por: Tita Katherine Otero González
Una de las grandes problemáticas de Santander ―y del país, podríamos decir― es la falta de acceso al arte y la cultura en zonas rurales. Es común encontrar distintos escenarios para la realización de actividades artísticas en las ciudades. Sin embargo, el público de las zonas rurales no suele tener grandes posibilidades de acercarse a diversas manifestaciones del arte escénico, y poder contemplar y disfrutar obras de compañías dedicas a ello.
Es por eso que “Las mingas veredales” fueron la excusa perfecta para que la Compañía Dante ―liderada por la Asociación Cultural de Profesores de Danza (ACPD)― pudiera interpretar su icónica obra “Pueblo Arrecho Clown” en dos veredas. Se trata de una historia de amor que profundiza en la identidad santandereana, hilvanando escenas de danza teatral con música, coreografía, actuación y literatura popular de la región, a partir de la comedia clown.
Así, en el marco de “Las mingas veredales” llevaron “Pueblo Arrecho Clown” a las veredas San Ignacio y Capilla Baja, las cuales quedan a, aproximadamente, treinta y cinco o cincuenta minutos de Bucaramanga. En la primera, se congregaron doscientos espectadores, mientras que en la segunda de treinta a cuarenta personas. Lo más importante, es que los intérpretes de la obra se encargaron de hacer cómplices al público con su gracia y empatía ese domingo 15 de septiembre de 2024.
No hubiera sido posible sin el apoyo de la convocatoria de estímulos Arte en Circulación del Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga, con la Beca Artes Escénicas en zona rural. Pero también, gracias al apoyo de la Fundación Amigos Veleños, la cual invitó a la Compañía Dante para armar el gran zafarrancho de risas, alegría y danza.
Estas fiestas de artes escénicas en las veredas son necesarias para llegar a las poblaciones donde a veces es más difícil el acceso a este tipo de presentaciones. Se trata de empezar a descentralizar el arte en estos espacios no convencionales donde es necesario que la cultura se haga partícipe para que las comunidades campesinas puedan beneficiarse y disfrutar de las puestas en escena.
El público rural siempre es maravilloso por su disposición para ver y participar de las actividades. Comunidades que gozan de obras como “Pueblo Arrecho Clown” porque las incluyen en un papel activo. No son solo espectadores, son un personaje más.