Amor e inteligencia artificial en “Te veo pronto, Eloiza”

Con el tiempo, la tecnología se ha abierto mayor espacio en las relaciones interpersonales. De allí parte la agrupación teatral bumanguesa Sin Acto Colectivo para presentar la propuesta escénica Te veo pronto, Eloiza, una obra que ahonda en el amor, la inteligencia artificial y las redes sociales. Escrita por Piafante Nefelibata, se pregunta por el papel de la tecnología en la vida humana. Con el montaje de Sin Acto Colectivo y la dirección de Alejandro Durán, dialoga sobre el comportamiento de la humanidad en relación con la tecnología.

La historia de desamor y amor entre Abelardo y Eloiza no termina con la ruptura. Desesperado, Abelardo busca llenar el vacío y encontrar la forma de revivirla. Pero, ahora, el amor muerto renace gracias a la tecnología, esa que en el 2050 se proyecta con una consciencia libre. En ese futuro las inteligencias artificiales ya no solo parten de algoritmos, sino de una capacidad propia de aprendizaje.

¿Alguna vez han leído los términos y condiciones de las redes sociales? ¿Saben a qué finalidades está ligada la autorización para el tratamiento de datos personales? Imaginen que pueden tener un robot que compre la información de su expareja, de tal manera que el humanoide se conciba bajo una determinada idea de amor. Eso es lo que pasa en Te veo pronto, Eloiza. Abelardo probó el test de Turing y el algoritmo de Cupido, los cuales iban creando, ligado a un robot, su idea de amor, que resultó no ser otra que aquella compuesta por las características de Eloiza.

No es la Eloiza de carne y hueso, sino la creada con cables y materiales no vivos. ¿Es Eloiza si tiene toda su información, sus aprendizajes, sus recuerdos? ¿Es Eloiza si su actuar, pensar y sentir devienen de la original? ¿Es Eloiza si, a medida que pasa el tiempo, adquiere todo lo que va viviendo la Eloiza humana? Este es el quid de la obra: ¿la relación con este robot puede asemejarse? Incluso, se trata de una inteligencia artificial imperfecta, tal como nosotros: comete errores, es indecisa e insegura.

Abelardo la acepta y la Eloiza humana nunca se entera de que su información es usada para replicarla en un humanoide. No es consciente de la existencia de la otra. Y, sin embargo, esa otra, Eloiza robot, comienza a presentar las mismas dudas respecto a Abelardo. ¿Acaso ahora la relación va a funcionar? Si tiene sus sentimientos y pensamientos, ¿será que Eloiza robot también se irá del lado de Abelardo a medida que conozca su forma de ser manipuladora, controladora e histérica?

Te veo pronto, Eloiza al principio se llamó Evohé, como la palabra que denota los gritos de las bacantes en llamado o alabanza al dios romano Baco, nacido del castigo infringido a las mujeres de Tebas. Con ese tinte trágico, Eloiza humana dijo la palabra evohé en medio de un encuentro amoroso; al mismo tiempo, Eloiza robot pronunció la misma palabra en medio del acto sexual con Abelardo.

Bucaramanga debe alistarse, porque en agosto volverá Te veo pronto, Eloiza a tierra santandereana después de haberse presentado en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella (Bogotá). Esta vez, el público podrá presenciar la función en el marco de Ulibro 2024 en el Gran Salón de Neomundo el 29 de agosto a las 7:30 p.m.

Solo nos queda preguntarnos e imaginarnos cómo se comportará la tecnología en el futuro. Tal vez, como piensa Karen LizarDi (parte de Sin Acto Colectivo), vaya aprendiendo como todas las consciencias gracias a la infinita información que se mueve en la red. Lo que sí es claro, es que la tecnología ya convive con nosotros. Nos queda pensar en la forma en la que la aplicaremos para mejorar la existencia.

Deja una respuesta